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Vamos a ponernos creativos

Debido a la situación de crisis actual, he tenido que adaptar algunas sesiones para poder hacerlas por videoconferencia y creedme cuando os digo, que trabajar con un grupo de 15 niños de esa forma no es nada fácil. Recuerdo que en uno de esos días tuvimos un pequeño problema técnico y escuché decir a unos de los pequeños “mamá me aburro”. En ese momento se me encendió la bombilla de mi cabeza y pensé en que eso había que arreglarlo ya mismo y, tras dar una divertida sesión de neuroeducación, cavilé sobre la importancia de enseñar a los niños a ser creativos, a estar con ellos mismos y ser capaces de no aburrirse, y si llegan a hacerlo, que sepan cómo manejarse.

Pero  ¿qué es exactamente el pensamiento creativo? El pensamiento creativo es la habilidad de crear nuevas ideas para resolver un problema y alcanzar los resultados esperados. Esto implica ver los problemas con una visión más original, tener en cuenta las distintas alternativas que existen y añadir nuevas ideas a las que ya teníamos.

Existen diferentes formas de expresar esta creatividad, ya sea mediante una acción interna de toma de decisiones; o una acción externa que implica la expresión oral, corporal o plástica de esas ideas.

Estas maneras de reflejar el pensamiento creativo, nos ayudan a diferencia a los niños creativos de los que aún no tienen patrones de pensamiento y se guían por ensayo y error.

Y ¿cómo podemos ayudar a que nuestros pequeños desarrollen este pensamiento?

  • Proporcionándoles un espacio y un tiempo para desarrollar sus ideas y que sean ellos mismo los que dirijan lo que quieren hacer y cómo lo quieren hacer.
  • Como adultos de referencia, tenemos que escuchar con atención sus ideas y ayudarles a preguntarse y encontrar respuestas a sus preguntas.
  • Proporcionarles nuevas experiencias y retos alcanzables, pero también lo suficientemente difíciles para que sientan la recompensa de haber trabajado bien.
  • Son ellos los que tienen que decidir en todo momento que hacer, y los adultos solo entramos en escena sí surge algún bloqueo. Es perfectamente normal que cuando los niños están desarrollando la creatividad, se bloqueen porque no sepan cómo expresar esa idea. Si se les ayuda a organizar sus ideas y a ejecutarlo, suelen salir de ese bloqueo y además, se llevan el sentimiento de haber superado una dificultad, lo que hará que estén más predispuestos a enfrentarlas en otras ocasiones.
  • No debemos cuestionar la calidad de sus ideas, los mejores resultados se obtienen tras probar ideas no tan brillantes.
  • Aumentar la dificultad de los retos de forma gradual para aumentar su motivación y para que consigan superarse a sí mismos.
  • Ayudarles a pensar en los errores y fracasos como una oportunidad para seguir avanzando, descartando esas ideas que no fueron tan buena, para centrarse en otras que pueden acercarles al resultado que esperan.

Todo esto son pequeñas claves que podemos tener en cuenta a la hora de trabajar la creatividad con nuestros pequeños y se pueden aplicar en multitud de actividades que hacen a lo largo del día y con materiales que todos tenemos en nuestras casas. Y vosotros, ¿qué hacéis en vuestras casas para que los niños desarrollen la creatividad?

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